Comencemos aclarando conceptos.

¿Qué es el público objetivo o target?

En pocas palabras, podríamos decir que el público objetivo es un grupo de personas que quieren y/o necesitan lo que nosotros podemos ofrecer y, por esa razón, serán más propensos a comprar nuestros productos o a contratar nuestros servicios.

Al comunicarnos, ¿por qué debemos saber quién es nuestro público objetivo o target?

Cualquier marca o profesional necesita saber quién es su público o mercado objetivo, porque ello significa asegurarse, entre otras cosas, de que sus esfuerzos en marketing golpean en la puerta adecuada.

“Si no te diriges hacia un target o público objetivo claro, al final será como si nunca hubieras hablado con nadie”.

Es muy importante definir “quién es”, “cómo es” y “dónde está” nuestro público objetivo, ya que eso nos ayudará a diseñar una estrategia de social media marketing que cuente un mensaje más atractivo y efectivo. Porque no solo debemos tener claro lo que vamos decir, sino que también a quién y en dónde se lo decimos.

Siguiendo con el ejemplo de la comunicación en redes sociales

Los usuarios que podemos encontrar en cada plataforma no suelen ser siempre los mismos o no se comportan e interactúan de la misma manera en todas ellas. Es decir, que no vale estar en todos lados.

Entonces, ¿cómo podemos saber quién es nuestro público objetivo?

Utilizando un poco el sentido común y buscando simplificar las cosas, podríamos identificar algunas características específicas de un grupo de personas o empresas, según los parámetros que pensemos que son los más representativos del tipo de cliente potencial o propenso a adquirir nuestros productos o servicios. Estas características suelen ser llamadas perfil (del cliente, seguidor o usuario).

En la mayoría de los casos hay unas cuantas características generales que se pueden tener en cuenta para ayudarnos a clasificar esos clientes. Por ejemplo: edad, género, nivel de ingresos, estudios, hábitos de compra, ocupación o profesión, estado civil, situación familiar (hijos o sin hijos), ubicación geográfica, grupo étnico, afiliaciones o inclinaciones políticas, aficiones e intereses, etc.

Tampoco es necesario que fraccionemos el análisis utilizando un sinfín de filtros. Pero cuanto más precisa es una segmentación, mejor es el resultado.

Me gustaría recalcar aquí: en algunos productos muy específicos, debemos tener más en cuenta puntos tales como el nivel de ingresos y/o de conocimientos técnicos de ese target, sobre todo, para elegir las redes sociales en las que tengamos mayor posibilidad de encontrarlos y poder comunicarnos con ellos sin ser demasiado intrusivo.

“No te olvides que el que mucho abarca, poco aprieta”.

Porque nuestro mercado objetivo puede ser muy amplio. Pero, nuestro público no puede ser cualquier persona y tampoco lo encontraremos en cualquier lugar. Insisto, y disculpen la reiteración, pero sin una idea clara de qué queremos decir y a quién y dónde se lo vamos a decir, estaremos corriendo el riesgo de que nuestro mensaje se diluya por detrás de un gran manto de humo.